jueves, 26 de noviembre de 2015

Unas risas a costa de Napoleón

   Corrijo exámenes de 4º de ESO, Diversificación: un alumno afirma contundentemente que "La Isla de Elba es donde fue desenterrado Napoleón por primera vez".
      :-o
   Lo peor del asunto es que mi alumno continúa:  "en la Isla de Santa Elena, Napoleón fue desenterrado por segunda vez y murió".

    Y es que tanta peli de zombis no podía traer nada bueno.

martes, 24 de noviembre de 2015

Primer fragmento realista

SEÑALA LAS CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO:

   "Alrededor de la catedral se extendía, en estrecha zona, el primitivo recinto de 
Vetusta. Comprendía lo que se llamaba el barrio de la Encimada y dominaba todo el pueblo 
que se había ido estirando por Noroeste y por Sudeste. Desde la torre se veía, en algunos 
patios y jardines de casas viejas y ruinosas, restos de la antigua muralla, convertidos en 
terrados o paredes medianeras, entre huertos y corrales. La Encimada era el barrio noble y 
el barrio pobre de Vetusta. Los más linajudos y los más andrajosos vivían allí, cerca unos de 
otros, aquéllos a sus anchas, los otros apiñados. El buen vetustente era de la Encimada. 
Algunos fatuos estimaban en mucho la propiedad de una casa, por miserable que fuera, en 
la parte alta de la ciudad, a la sombra de la catedral, o de Santa María la Mayor o de San 
Pedro, las dos antiquísimas iglesias vecinas de la Basílica y parroquias que se dividían el 
noble territorio de la Encimada. El Magistral veía a sus pies el barrio linajudo compuesto de 
caserones con ínfulas de palacios; conventos grandes como pueblos; y tugurios, donde se 
amontonaba la plebe vetustense, demasiado pobre para poder habitar las barriadas nuevas 
allá abajo, en el Campo del Sol, al Sudeste, donde la Fábrica Vieja levantaba sus augustas 
chimeneas, en rededor de las cuales un pueblo de obreros había surgido. Casi todas las 
calles de la Encimada eran estrechas, tortuosas, húmedas, sin sol; crecía en algunas la 
yerba; la limpieza de aquellas en que predominaba el vecindario noble o de tales 
pretensiones por lo menos, era triste, casi miserable, como la limpieza de las cocinas pobres 
de los hospicios; parecía que la escoba municipal y la escoba de la nobleza pulcra habían 
dejado en aquellas plazuelas y callejas las huellas que el cepillo deja en el paño raído. Había 
por allí muy pocas tiendas y no muy lucidas. Desde la torre se veía la historia de las clases 
privilegiadas contada por piedras y adobes en el recinto viejo de Vetusta."

                                                                               (Clarín: La Regenta)

viernes, 13 de noviembre de 2015

Vamos a reírnos un poquito

Respuesta de un compañero vuestro en un examen de recuperación reciente:

      A la pregunta: "Define qué son las Glosas emilianenses", el alumno responde:
     "Las Glosas eran anotaciones que se hacían en los textos antiguos como aclaración..."  Y hasta ahí      íbamos más o menos bien. Lo malo es que continúa: "se denominan emilianenses porque los   escribas eran de la congregación de los emilianos."

miércoles, 11 de noviembre de 2015

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Características del Romanticismo (práctica)

D. ÁLVARO. (Volviendo al furor).
                       ¿Eres monstruo del infierno,
                        prodigio de atrocidades?
D. ALFONSO. Soy un hombre rencoroso
                        que tomar venganza sabe.
                        Y porque sea más completa,
                        te digo que no te jactes
                        de noble... eres un mestizo
                        fruto de traiciones.
D. ÁLVARO. (En el extremo de la desesperación.) Baste.
                       ¡Muerte y exterminio! ¡Muerte
                        para los dos! Yo matarme
                        sabré, en teniendo el consuelo
                        de beber tu inicua sangre.
                       (Toma la espada, combaten y cae herido DON ALFONSO.)
DON ALFONSO. Ya lo conseguiste... ¡Dios mío! ¡Confesión! Soy cristiano... Perdonadme... Salva                             mi alma...
DON ÁLVARO. (Suelta la espada y queda como petrificado.) ¡Cielos!... ¡Dios mío!... ¡Santa Madre                          de los Ángeles!... ¡Mis manos tintas en sangre... en sangre de Vargas!...
DON ALFONSO. ¡Confesión! ¡Confesión!... Conozco mi crimen y me arrepiento... Salvad mi alma,                          vos que sois ministro del Señor...
DON ÁLVARO. (Aterrado.) ¡No, yo no soy más que un réprobo, presa infeliz del demonio! Mis                                 palabras sacrílegas aumentarían vuestra condenación. Estoy manchado de sangre,                                 estoy irregular... Pedid a Dios misericordia... Y... esperad... cerca vive un santo                                     penitente... podrá absolveros... Pero está prohibido acercarse a su mansión... ¿Qué                                 importa?: yo que he roto todos los vínculos, que he hollado todas las obligaciones...